
Presento en principio temas solo la
salida en la literatura y otros adyacentes. En el futuro se ampliará a otras
facetas del juego.
La salida, como parte vital del juego,
ha sido tratada en la literatura y artículos sobre el juego, en diferentes
grados por los diversos autores, con el denominador común de las deficiencias
en el método (meras opiniones), de lo incoherente de su presentación y de la
escasa originalidad, ya que suelen ser opiniones mantenidas desde antiguo con
el añadido en algunos casos de “originalidades” bastante desafortunadas.
Lo expuesto puede parecer pesimista o
que denigra lo anterior, pero nada más lejos de la realidad, ya que simplemente
se constata el hecho de que la literatura producida en el dominó es totalmente
deficiente en cuanto a calidad y producida por autores que son simples
aficionados, “opinadores” como cualquier otro, en
esencia no conocen más el juego que cualquiera que se acerque a este y le
dedique un breve espacio de tiempo. De hecho, yo mismo ni recuerdo cuando “no
he sabido” algo de lo que estos autores dicen, simplemente lo que todo el mundo
sabe desde temprana edad, correcto o no, para lo que no es necesario escribir
ningún libro.
Hilvanando con lo anterior está un
concepto que debería ser básico y que podríamos llamar “honradez intelectual”
que implicaría en nuestro caso el que si no tienes nada que decir o aportar a
otros es una petulancia, incluso impertinencia, escribir un libro sin valor
ninguno; si yo no tuviese algo original y de calidad que decir simplemente no
habría escrito nada sobre este tema, así de claro.
El gran problema del dominó, como ya he
reflejado en trabajos anteriores, es el escaso bagaje intelectual de sus practicantes
acompañado de mentes errabundas por doquier, lo que literalmente espanta a las
personas realmente preparadas que consideran fútil dedicar atención a este
juego; desde luego ningún genio, ni siquiera persona realmente talentosa, se ha
dedicado a estudiar este juego, en absoluto.
En este momento se precisa un
inciso para comentar el por qué entonces de mi obra en el dominó, que no es mi
juego favorito, ya que prefiero aquellos donde no existe azar o se minimiza lo
suficiente para que ganen siempre los mejores, puesto que no me apetece en
absoluto perder por perder ni en una sola ocasión, contra cualquier obtuso
elemento ni a la larga ni a la corta, lo que en este campo sí es posible, así
de simple.
Dicho esto las causas principales
son dos: en primer lugar “el afecto” que se toma a algo que has visto siempre,
has jugado con gran diversión (en momentos no dedicados a otros temas o juegos
de mi verdadero interés) y que quieras o no se llega a interiorizar como algo
propio de tu cultura, con el consiguiente apego sentimental que ello
desarrolla.
En segundo lugar porque mi objetivo
no es hablar por hablar ni decir lo de siempre, sino estudiar el juego-problema
como el sistema matemático-probabilístico que es, único real y que merece
estudio; simplemente es la resolución de un problema matemático, sin más, en el
que las “opiniones o creencias” populares no tienen ningún valor, son meros
pasatiempos para despistados. Por ello mis obras son esencialmente matemáticas
y con el objetivo de resolver un problema, en este caso un juego.
Todo en este juego-problema está
supeditado a su estructura matemática, incluso lo que vulgarmente se llama
“información” no es más que un sucedáneo que forma parte de su estructura
probabilística y que está subsumido en ella.
Hasta la publicación de mi primera
obra en el tema “El arte del dominó: teoría y práctica”, la literatura sobre
este no era más que “gramática parda” y pareceres de autores que saben del
juego lo que cualquier otro e incluso menos por razones que posteriormente se
indicarán; no existe modo de aprender realmente sobre el juego nada más que el
indicado en la obra citada y la que comprenden los volúmenes de “La ciencia del dominó”, el estudio
científico y real de tema, lo demás es hablar sin fundamento ni argumentación
coherente, imposible desde el desconocimiento.
No obstante y como corresponde a un
campo en absoluto preparado para el análisis y estudio, ya que hasta el momento
sus practicantes no tienen ese perfil, aún después de mi primera obra, que en
esencia explica y resuelve multitud de interrogantes y que incluso aporta las
herramientas científicas para que cualquiera lo pueda hacer, el campo se
encuentra tan poco abonado que no es capaz de utilizar ni entender nada de ello
e incluso en alguna obra posterior [4] se dice que “es un libro para
científicos del juego”, ¡como si hubiese otra forma de estudiar el juego!, tras
lo que se sigue con más opiniones, muchas de ellas erradas y ya resueltas, más
lugares comunes y a seguir tan tranquilos, como si nada hubiese sucedido. Al
parecer las personas quieren seguir opinando y discutiendo sobre problemas ya
solucionados, para los que se les han dado herramientas para investigarlos,
prefiriendo omitir todo esto, no trabajar ni pensar nada, y seguir en su limbo
de creencias. El vacío intelectual es absoluto.
Es muy claro que si simplemente te
gusta por diversión jugar a algo no es necesario leer libros ni estudiar sobre
ello, pero no es admisible escribir libros sin nada que aportar, o tratar de
pontificar sobre temas de los que no sabes nada y discutiendo argumentos que
están muy por encima de tu capacidad lógica y cultural; pues eso es lo que
sucede en el mundo del dominó, lo que es una agresión que como ya he
significado, hace desistir de asomarse a él a cualquier persona realmente
dotada o que tenga algo real y concreto
que aportar, que posiblemente será vilipendiada y agredida, convirtiendo por
tanto este campo en un erial.
Con seguridad jugadores o
“expertos” varios, defensores a ultranza de mitos y fantasías, argumentarán que
dichos deficientes autores eran de otros
tiempos (¿?) o que no tenían a su disposición medios actuales para conocer
estos temas, lo que refleja nuevamente su falta de preparación y lógica, o
simple sentido común, pues entre otras cosas:
a)
Muchos
de esos autores son de “este tiempo” y no de otro, teniendo a su disposición
cualquier método y herramienta moderna, que por supuesto no han utilizado.
b)
El
estudio que nos ocupa, la salida, no precisa de ninguna herramienta para
conocer evidencias, muchas veces de Perogrullo, en las que los más diversos
autores caen continuamente. Con simple sentido común, conocimiento medio del
juego y sencillas y poco numerosas pruebas de juego se pueden evitar
prácticamente todos los errores que cometen.
c)
Por
supuesto si hubiesen pretendido hacer algún estudio no habrían necesitado
ningún “medio moderno” como ordenador o similar; por ejemplo bastaría para
estudiar una salida reunirse con unos amigos, repartir dicha salida a estudiar
en el mano, repartir las otras fichas al azar entre los tres restantes y jugar
varias manos en esas circunstancias, con recogida de datos sin preferencias,
coherente.
Simplemente
en una sola sesión de varias manos se darían perfecta cuenta de que salida les
facilita el juego, cual les da peores resultados o juego más difíciles de
conducir, con cual a nuestro compañero le es más fácil ayudarnos, etc. Solo
esto es necesario, pero parece mucho pedir a los “expertos” ya que ninguno ha
hecho tal cosa en su vida, ni siquiera se le ha pasado por la imaginación ya
que su capricho debe valer más que cualquier cosa. Por ese camino se ha llegado
a los resultados que han obtenido hasta en lo más básico, totalmente
desastrosos.
d)
Por
tanto y en ese camino, concretando en mi persona, no he tenido ninguna ventaja
respecto a nadie, ya que:
1)
Como
queda reseñado cualquiera puede obtener muy buenos resultados con métodos
simples.
2)
Yo
mismo he facilitado todas las herramientas necesarias que nadie ha utilizado en
absoluto, prefiriendo seguir en fantasías y engreimientos varios.
3)
Todo
el mundo desde hace décadas ha tenido a su disposición las mismas herramientas
y posibilidades técnicas que yo, pero nadie ha hecho nada, por lo cual no cabe
objeción ninguna.
4)
Respecto
a los sistemas tecnológicos desarrollados comentar que sin duda son superiores
al juego en sí, utilizando este solo como campo de pruebas, como se podría
haber utilizado cualquier otro, no por ser de algún modo especial.
5)
Siguiendo
con el sistema y diseños experimentales desarrollados, comentar para los
despistados e ignaros una verdad de Perogrullo pero que parecen necesitar que
se les diga: SOY YO QUIEN HA INVENTADO Y CONSTRUIDO EL SISTEMA Y EL DISEÑO DE
EXPERIMENTOS, NO EL SISTEMA A MÍ.
A
ver si se enteran.
Por
poner un ejemplo es igual que si “acusásemos” a Einstein de obtener resultados
aplicando las fórmulas de la relatividad argumentando “…claro, con esa
herramienta así cualquiera”, soslayando por completo que la misma herramienta
estaba en disposición de ser desarrollada por otros y que EINSTEIN CONSTRUYÓ LA
RELATIVIDAD, NO LA RELATIVIDAD A EINSTEIN.
Aunque
parezca increíble hay que decir cosas tan básicas como estas.
e)
Todo
lo anterior y mucho más que se puede añadir, revela claramente la incapacidad
de este mundillo para generar algo de valor, encontrándose todavía en los
principios de su desarrollo, prácticamente en situación inferior a como se
encontraba la futura ciencia (filosofía natural) antes de los griegos e incluso
antes de la cultura de Tartesos.
Pasemos ahora a ver una muestra de
casos que dejarán bien a las claras el valor de la literatura sobre el juego y
la calidad de sus autores.
Se procederá a distinguir la obra
referida por su título reflejando seguidamente los casos que se tratarán de tal
obra, cuyo número puede ser diferente en las distintas obras. Pulsando los
distintos números de cada obra se pasa al estudio del caso concreto.
En algunos análisis se mostrará también
el resultado de aplicar la fórmula, pero realmente no sería necesario por la
evidencia de los casos y se indica solamente a nivel informativo y también
científico para el estudioso, ya que estamos tratando este tema concreto, la
salida, en el presente volumen de esta obra, pero todos los casos que se
tratarán son muy simples y no es necesario nada más que el sentido común y un
mínimo conocimiento del juego-problema.
Como se verá en algunos casos se
comentan no salidas concretas sino opiniones sobre tipos o grupos de estas, en
las que engloban gran cantidad debido a la generalidad del comentario aplicado
a todas ellas.
Bibliografía
“Ciencia y arte en el dominó”
Héctor
Simosa Alarcón
“Dominó ‘a
compañeros’ ”
Francisco
Gaspar Jiménez
“dominó competitivo ”
Miguel
Lugo
“el dominó: aspectos matemáticos ”
L.
Fernández
“principios y sistemas del dominó por parejas ”
Ignacio
Zaibert
“conceptos y criterios del dominó por parejas ”
Ignacio
Zaibert
“dominó y algo más ” (Artículos
varios)
Ignacio
Zaibert
“libro maestro del dominó ”
Luis
Daniel Balestrini
“el arte de las 28 piedras ”
Alfredo
Fernández Porras